
TU ERES MI RELIGION
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Y dijo Dios:
"No alcanzarán todos los sietes del mundo para hacer una sóla 22"..
Las matemáticas son exactas no hay forma de negarlo
Siempre, 22 será más que 7.
Y no por una simple y fría cuestión matemática.
Es que existe en este mundo una fuerza mágica capaz de doblegar las leyes
de la matemática, la física y la química juntas.
Existe un sentimiento volcánico, de lava azul y blanca siempre
incandescente, que se rié de la suma de los catetos y le hace pito catalán
al cuadrado de la hipotenusa.
Existe una pasión de magnitud incontrolable que deja a Arquímedes como un
nabo jugando en la bañera y a Newton, como a otro nabo, tratando de
cabecear una manzana.
Existe un grito, una consigna, un conjuro capaz de transformar el agua y
volverla sípida, colora y odora con el sabor, el color y olor de un pueblo
altivo y orgulloso: tripero hasta las pelotas.
Existe una regla escrita a fuego en el libro de los sentimientos que dice:
22 es igual a un Terremoto.
7 es apenas unos bocinazos destemplados y temerosos.
22 es un festejo que inunda y desborda una ciudad entera, la paraliza, la
da vuelta, la pone en cuatro y le provoca un orgasmo mágico e
interminable.
7 es igual a un puñado de impotentes en 7 y 50, tratando de fingir que
saben festejar
22 es igual a la esperanza de ser campeón que se renueva, que revienta el
pecho y que florece día a día en un rezo universal.
7 es igual a recuerdos flacos, fríos e insignificantes, como los alfileres
22 es igual a cantar bajo la lluvia de Katrina, barrenar feliz en la
cresta del Tsunami y comer choripanes desafiando el vórtice del Huracán
Fifí.
7 es igual a abandonar en la derrota.
22 es igual a una camiseta amada por única, irrepetible y conmovedoramente
hermosa.
7 es igual a la camiseta de Talleres de Remedios de Escalada o al
traje del payaso trolo que adorna la puerta de los Mc Donalds.
22 es igual a 45.000 almas reventando un estadio hecho para nunca ser
llenado.
7 es saber que jamás podrán poner ahi el cartel de "completo".
22 es igual al Bosque, tierra sagrada.
7 es igual a corralón de maderas viejas con promesas de estadio shoping y
realidades de feria paraguaya.
22 es igual a 60 y 118, tierra de Lobizones.
7 es igual a 1 y 57, tierra de cagones.
22 es igual a la gran fiesta en el cielo con Tabia, con el Olivia, con el
Negro, con Bombón, con el Loco Córdoba, con Fierro...
7 es igual a ir escuchar chistes malos al velorio de un muerto que nadie conoce mientras la viuda serrucha con el funebrero en el depósito de los joncas.
22 es igual a las espléndidas mujeres albiazules, rozagantes, altivas,
turgentes, inolvidables, satisfechas.
7 son las minas mustias de piel cetrina, torturadas por la hemorroides, jamás visitadas por el orgasmo albiazul, desbordante y verdadero.
22 es el sueño, la ilusión, la esperanza, el abrazo, la locura y la pasión que no mueren ni morirán jamás.
7 es un viaje corto, tan corto, tan efímero, como la noche triste
del domingo del que siempre estará solo.
22 es una empresa única, titánica, color epopeya.
7 está al alcance de cualquier mediocre en su tarde de suerte.
Y si...las matemáticas tienen razón.
Siempre 22 será mucho más que 7.